El ser humano es el agente predominantemente destructor de la vida: Leff Zimmerman

0
Conferencia de Leff Zimmerman en Congres Internal sobre ética_e
ANUNCIO 970x250px

*“Hoy se reconoce que la crisis ambiental ha rebasado nuestras capacidades y pone a prueba, como nunca antes, la responsabilidad del ser humano ante aquello que él mismo ha provocado”, añadió el investigador de la UNAM.

¿Hasta qué punto la humanidad ha influido en los constantes cambios del medio ambiente? ¿Es consciente de la crisis ambiental? Sobre estas preguntas, Henry Dan Leff Zimmerman, investigador de la UNAM, impartió la conferencia “Hacia una cosmopolítica de la diversidad, la diferencia y la otredad para la sustentación de la vida”, en el auditorio de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad de Colima, como parte del Congreso Internacional “Ética, Paz y Medio Ambiente”.

Los cambios ambientales por los que pasa el planeta, dijo el investigador, no son sólo un tema de crisis pasajera, “sino un acontecimiento histórico que cuestiona profundamente el sentido mismo de la humanidad. Hoy se reconoce que la crisis ambiental ha rebasado nuestras capacidades y pone a prueba, como nunca antes, la responsabilidad del ser humano ante aquello que él mismo ha provocado”.

Desde hace más de cinco décadas, Leff Zimmerman ha buscado entender la relación entre el medio ambiente y el ser humano, y cómo éste concibe la razón de ser del planeta. Ya sea por la intervención divina o por las fuerzas cósmicas, explicó, el ser humano es consciente de que ha habido evolución, extinción de especies, fenómenos, catástrofes y su existencia misma.

¿Quién es el culpable de fenómenos con la Dana en el Mediterráneo o el caso del Huracán John de hace un año en las costas de Guerrero?, cuestionó el investigador. “Uno puede decir coloquialmente: ‘yo qué hice para que esto sucediera’, y efectivamente no es el efecto de una acción individual, es efecto de un proceso evolutivo, de acciones colectivas, de un planeta que responde con fuerza a los desequilibrios creados por la acción humana”.

Nos enfrentamos, dijo, “al enigma de que el ser humano, en esa historia de la vida, se haya convertido en el agente predominantemente destructor de la vida. Diría que hemos demostrado que la responsabilidad ya no es de Dios o de los dioses, la responsabilidad es de la humanidad, y desde ahí tenemos que comenzar a estudiar, dilucidar”.

La humanidad, los líderes mundiales, los movimientos sociales, comentó, han generado una serie de estrategia, reglas, leyes, reuniones, protocolos, como los acuerdos de París o el Protocolo de Kioto, para establecer metas que ayuden a encontrar un equilibrio ecológico del planeta; sin embargo, ninguno de estos acuerdos se ha alcanzado e incluso se han visto rebasados.

“Pareciera que todo lo que se ha venido pensando a nivel teórico, estratégico, no encuentra una salida, no encuentra una respuesta. En el 2015, el Papa Francisco emitió una encíclica. En estos diez años, me he preguntado si el Papa, con esa encíclica tan potente, no fue capaz de conmover al mundo, ¿quién será capaz, qué discurso será el que nos ayude a reflexionar sobre la crisis ambiental y la paz que se necesita en el mundo’”

“Hoy -enfatizó- podemos retractarnos de pretender ser la especie superior a la cual Dios le dijo que tendría que dominar a las otras especies. Lo que tenemos que entender ahora es que tenemos que equipararnos a los otros seres vivos, a la naturaleza misma, y tratar iluminar un poco tanta arrogancia de superioridad o supremacía, o de elegibilidad, de ser la especie suprema en toda la creación divina”.

Esto no quiere decir, aclaró, que la humanidad no pueda realizar creaciones como música o arte, que pueda llegar a la luna o entender el espacio. Es necesario que entienda que hay límites que ni el poder económico o político pueden cambiar.

Por otro lado, dijo, están las poblaciones tradicionales, los pueblos autóctonos, “o como me gusta llamarlos: los pueblos de la tierra. Ellos tienen otra comprensión de lo que está sucediendo, mucho más atinado a sus mitologías”.

Narró que durante un encuentro que tuvo con un filósofo Zapoteca, se cuestionaron sobre cómo salir de esta crisis. “Me confesó que, desde la cosmovisión de los pueblos de la tierra, estas crisis marcan ciclos de reconstrucción de la vida y desde esta visión cuidan la vida”.

En este sentido, comentó que es necesario replantear la forma en que concebimos la vida en la Tierra, no desde la racionalidad económica o instrumental, que “busca priorizar, cosificar, objetivar y convertir en valor económico a la naturaleza, fragmentarla, ponerla a disposición para ser explotada”. Por lo contrario, verla como los pueblos de la tierra, desde la espiritualidad, de la ética.

“¿Quién protege a la naturaleza?, -cuestionó-. Fundamentalmente, hoy en día son los pueblos de la tierra. Claro que hay activismos, hay grupos ecologistas, pero quienes la protegen directamente con sus vidas son los pueblos, porque para que exista una etnia, una cultura donde ellos viven, hay que proteger su territorio con sus idiosincrasias”.

El otro aspecto a considerar, dijo, es la ética, hasta dónde ésta puede ser un factor que ayude a cambiar el rumbo. “Podemos tener espacios para conversar sobre la bioética, como el que tenemos hoy aquí, pero mi pregunta es: ¿hasta qué punto, en este momento de la humanidad, la revolución científica puede ser lo que contenga, lo que reoriente ese rumbo?”.

La conferencia completa del Dr. Henry Dan Leff Zimmerman, se puede consultar en https://www.youtube.com/watch?v=So5UlMiaNwk

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *