En la UdeC reflexionan sobre derechos humanos y salud mental

*México, dijo Cecilia Solís, figura entre los primeros lugares en abuso sexual y maltrato infantil, así como en acoso escolar, problemáticas que -dijo- impactan profundamente en la salud mental y social.
En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, celebrado cada 10 de octubre, la Facultad de Psicología de la Universidad de Colima realizó la conferencia “Derechos Humanos y Salud Mental”, impartida por Cecilia Solís Quiñón, integrante de la Secretaría Técnica del Consejo Consultivo de la Dirección General de Educación en Derechos Humanos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
Durante su ponencia, Solís Quiñón subrayó la importancia de respetar, proteger y promover los derechos humanos en todos los ámbitos de la vida, incluyendo el laboral, académico, social y cultural, con base en los valores de la dignidad, la inclusión y el bienestar emocional. Explicó que el objetivo de su charla es generar conciencia sobre la necesidad de adoptar prácticas que fortalezcan el desarrollo personal y profesional, desde la prevención y la resiliencia en entornos saludables.
Recordó que los derechos humanos son inherentes a todas las personas y constituyen un elemento esencial para la vida, pues engloban valores, leyes y prácticas que salvaguardan la integridad y dignidad humana, fundamentales para la convivencia pacífica y el bienestar colectivo. Citó la definición de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que los describe como el conjunto de derechos y libertades fundamentales “intrínsecos a toda persona por el mero hecho de pertenecer al género humano”, sin distinción de nacionalidad, sexo, religión o condición social.
“La dignidad humana significa que cada persona debe ser tratada como ser humano y no como objeto”, enfatizó. En este sentido, recordó que en México están prohibidos los actos que atenten contra esa dignidad, como la tortura, los tratos crueles o degradantes, la desaparición forzada, la violencia sexual y los castigos corporales. Tanto las autoridades como la sociedad, añadió, tienen la responsabilidad de proteger esa dignidad, especialmente en situaciones que afecten la salud física o mental de las personas.
La especialista compartió cifras de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que advierten que el 60% de la población trabajadora mundial requiere medidas urgentes para prevenir riesgos a la salud mental. La depresión, señaló, continúa siendo el trastorno más frecuente y afecta el doble a las mujeres que a los hombres. Además, en América Latina y el Caribe, el gasto público destinado a salud mental representa apenas el 2% del presupuesto total en salud.
A nivel nacional, de acuerdo con estudios de la UNAM, siete de cada diez habitantes de la Ciudad de México presentan síntomas de ansiedad o depresión, lo que impacta directamente en la vida familiar, escolar y laboral. Por su parte, el INEGI reporta que el 10.6% de las muertes violentas en México están relacionadas con el suicidio, lo que evidencia “una necesidad urgente de políticas públicas de prevención y atención especializada”, afirmó la conferencista.
Añadió que México ocupa el primer lugar mundial en estrés laboral, con un 75% de su población económicamente activa afectada, seguido de China (73%) y Estados Unidos (55%). Asimismo, el país figura entre los primeros lugares en abuso sexual y maltrato infantil, así como en acoso escolar, problemáticas que -dijo- impactan profundamente en la salud mental y social.
Citando a la Organización Mundial de la Salud (OMS), recordó que la salud no se limita a la ausencia de enfermedad, sino que implica “un estado de completo bienestar físico, mental y social”. En ese sentido, la salud mental es “un estado de equilibrio que permite afrontar el estrés, desarrollar habilidades, aprender, trabajar y contribuir al bienestar de la comunidad”.
“Es parte fundamental de la salud y el bienestar, pues sustenta nuestras capacidades individuales y colectivas para tomar decisiones, establecer relaciones y dar forma al mundo en el que vivimos”, expresó.
De acuerdo con cifras del sistema nacional de salud, en 2024 fueron atendidas 303 mil 356 personas por distintas condiciones de salud mental, siendo la ansiedad (52.8%) y la depresión (25.1%) las más comunes, especialmente entre jóvenes de 20 a 29 años.
Finalmente, Cecilia Solís advirtió que la falta de legislación adecuada en algunos contextos aún permite internamientos forzados o tratamientos sin consentimiento informado, lo que constituye una grave vulneración de derechos humanos. Aunque existen instrumentos como los Lineamientos Nacionales para el Ingreso Involuntario, señaló que aún se reportan prácticas que transgreden la ley, sobre todo cuando no hay supervisión judicial o consentimiento de la persona afectada.